LA AMADA INMORTAL "Exploración Mística...
Citemos ahora los textos de una carta de Ludwig Van Beethoven (Luis de Beethoven), hallada con su testamento que dejó al morir. Es la Carta a "Lo Femenino-Eterno" que "nos arrastra hacia lo alto", y a su "Amada Inmortal" en particular; la Carta a la "Eternamente Amada", a la Amada Espiritual, a su Ángel, a otra parte de su propio Ser... La Musa que inspiró el genio musical del Músico-Poeta, del Iniciado y Maestro Beethoven. "La Carta" de L.v.
Beethoven a
"... la chispa divina en el hombre..." El Gran Maestro y Guardián del Templo de la Música, Ludwig Van Beethoven, llama a su "Eternamente Amada", a su "Amada Inmortal": "Mi ángel, mi todo mi mismo ser...", identificando en Ella, a una parte de su propio Ser interior, divinal, celestial; su "Ángel", que lo acompaña en el difícil y doloroso Camino Iniciático, el Camino Esotérico de "Las Nueve Sinfonías", cuyas luchas, sinsabores, peligros y duras pruebas, son, como dice el Músico-Poeta: "mi viaje fue aterrador. Llegué aquí recién a las 4 de ayer a la mañana. Como faltaban caballos, el cochero eligió otra ruta, pero qué horrible camino, en la penúltima posta me advirtieron acerca de viajar de noche, tratando de asustarme de un bosque [*], pero esto sólo me pareció un desafío."
Como asimismo, semejantemente le dice el Músico-Poeta a su Amada Inmortal: "si estuvieran nuestros corazones siempre juntos y unidos, yo por supuesto, no tendría nada que decir..." Beethoven, cuando Frederick William de Prusia, le envió de obsequio un anillo, dijo: "Yo también soy un rey." L. v. Beethoven, el Músico-Poeta va en busca de su Amada Inmortal "al interior desde el exterior", y, no obstante escribirlo en palabras, halla que las palabras no alcanzan a expresar todo lo que hay en su alma, en su corazón, pues sabe que para decir lo que es el amor que siente por su Eternamente Amada: "la palabra no es nada en absoluto — alégrate — permanece mi fiel y único tesoro, mi todo, como yo para ti el resto los dioses deben enviarlo, lo que deba ser para nosotros — tu fiel ludwig —" Mas, Su Presencia es su consuelo, su fuerza y su fe, que le hace exclamar y decir: "Ay, donde sea que estoy, tú estás conmigo,..." Este Amor Sublime de "Lo Femenino-Eterno", lo sostiene y lo ayuda a sí mismo a encontrarse y a conocerse, como lo dice: "y cuando me veo a mí mismo en el marco del universo, qué soy yo y qué es Él — a Quién uno llama el Más Grande — y aun así — aquí está otra vez la chispa divina en el hombre —" La "Eternamente Amada", la "Amada Inmortal", está "tan cerca" y a la vez, está "tan lejos", porque es una lejanía que acerca y une sus almas y sus corazones, y a la vez edifica el "edificio celestial", "firme, como el firmamento": "Ay, DIOS, ¡tan cerca! ¡tan lejos! no es acaso nuestro amor un verdadero edificio celestial — pero también firme, como el firmamento —" "tan cerca" es Ella en la Tierra... "tan lejos"... es Ella en el Cielo... Y ambas, y que son una, son la: "... amada inmortal,..." Mas llegará un día en que después de andar "en la lejanía", volando con alas de Serafín remontando las cimas más elevadas, vuelva junto a los brazos de su "Amada Inmortal", para elevarse unidos, como Amor y Psiqué, al más puro y elevado reino del espíritu: "Si he resuelto vagar sin rumbo en la lejanía, hasta que pueda volar a tus brazos y pueda llamarme enteramente en casa contigo, y pueda enviar mi alma abrazada por ti al reino del espíritu...", donde, en la plenitud inefable del pleroma, seré "siempre tuyo" y tú serás "siempre mía", y todo nuestro amor, en unidad, será, eternamente: "siempre nuestro"... Y en la "carta" que Ella, la Amada Inmortal, le hubiera respondido, Ella le diría, correspondiéndole: "Yo soy de mi amado, y mi amado es mío: El apacienta entre los lirios." (Cantar de los Cantares, 6: 3). El Divino y a la vez Humano L.V. Beethoven, le dice a su Ángel, a su Amada Inmortal que debe "sellar" la carta que Ella recibirá "inmediatamente"... no obstante haberla conservado durante todo el resto de su existencia... Mas, Beethoven, el Maestro y Músico Iniciado, sabe que llegará el día en que sus dos almas estarán unidas por siempre y para siempre, y hablándole a su Amada Espiritual, le dice: "... permanece calma, solo a través de la tranquila contemplación de nuestra existencia podremos alcanzar nuestro objetivo de vivir juntos — sé paciente — ámame — hoy — ayer — Qué doloroso anhelo de ti — de ti — de ti — tú — tú, mi" "amor — mi todo — adiós — oh, continúa amándome — nunca juzgues mal al más fiel corazón de tu amado". Beethoven: Guardián del Templo de la Música de las Esferas
En el Oratorio "Cristo en el Monte de los Olivos, Opus 85", de Beethoven, y del cual el propio Beethoven escribió el 13 de septiembre de 1811: "Conviene hacer notar que este oratorio es la primera y más reciente de mis obras en este género, escrita en catorce días en medio del tumulto y de todas las contrariedades y angustias posibles,...", el Serafín cantándole a Jesús en el Monte de los Olivos, le transmite las Palabras de Dios, entre las cuales, las siguientes:
Un encuentro con El Dios del Amor es el Amor de Dios, pues Dios es Amor, encarnado en la más bella y celestial criatura: Eros, el niño del Amor, el divino Daimón, Venus-Lucifer que significa "Portador de Luz", "la estrella resplandeciente y de la mañana"... Eros hijo de Hermes y Afrodita. Eros, el Dios del Amor. Es el niño del Amor sublime, casto, fiel, puro. En la verde Umbría, y en las cimas del Monte Subasio, en Asís, en medio de la tormenta, con mi esposa y con nuestro niño, dormía... Alrededor, la tempestad rugía... Rayos, relámpagos y truenos, cual Sinfonía poderosa de la naturaleza, majestuosamente se imponían... De pronto, y fuera de mi cuerpo físico, en mi Cuerpo Astral, fui llevado a un recinto Sagrado de algún lugar misterioso del Monte Subasio, ante un Señor de noble semblanza, el cual me dice con enérgica voz: "¡Ponte frente a la pared, sin mirarme, y espera la orden de volver a mirarme!"... Instantes después, escucho nuevamente su voz que retumbaba potente y poderosa, diciéndome: "¡Ahora puedes mirarme!"... Con asombro y gran temor, veo frente a mí a... ¡Lucifer!... A mi propio Lucifer interior, particular... El ambiente estaba cargado con la poderosa electricidad de la Luz Astral que hacía temblar... y estremecer todo mi cuerpo... Escucho luego que Lucifer, me habla, y me dice con su potente voz de trueno: "¡Mírame fijamente, debes temerme y dejarte vencer por mi mirada!"... Con mi voz entrecortada -pues apenas sí podía hablar, porque mi cuerpo se estremecía, lleno de temblor, completamente, por la electricidad que lo recorría-, alcancé a decirle, mientras lo seguía mirando fijamente: "¡Sí tengo miedo, pero te seguiré mirando, y no podrás vencerme!"... Se sucedieron luego, unos terribles instantes, que pudieron haber sido eternidades... Frente a mí seguía estando Lucifer que poderosamente me miraba y hacía mi cuerpo completamente temblar con su poderosa electricidad... Pero seguía mirándolo fijamente, sin bajar la mirada... Al fin, comencé a sentir que la electricidad ya no me hacía temblar... y un calor muy agradable recorría todo mi cuerpo... Entonces, Lucifer, sonriendo, y con mucha amabilidad, se me acercó, y me felicita por haber vencido aquella lucha terrible que amenazaba con su potente electricidad hacer explotar, como roca que vuela en mil pedazos, mi cuerpo Astral... En instantes, volví a la cima del Monte Subasio... La tempestad continuaba en medio del fragor de su Sinfonía poderosa... pero disminuyendo gradualmente... Entonces, veo con alegría que Lucifer se transforma en un niño muy hermoso... pequeño... Su piel era sonrosada... Sus cabellos de oro, le caían en bucles sobre sus hombros... Sus ojos azules tenían el brillo del Lucero de la Mañana... Tenía unas hermosísimas y pequeñas alas completamente Blancas... Sobre su espalda, llevaba un hermoso y pequeño carcaj, cargado de flechas de oro... En sus manos sostenía un hermoso y pequeño Arco de Oro... Tomó una de sus pequeñas flechas y me la lanzó con su arco... Al ver venir la flecha hacia mí, y al levantar mi mano derecha, la flecha atravesó mi mano... El Niño del Amor, entonces, volando frente a mí, y al tiempo que luego se alejaba, me dijo: "!Nos volveremos a ver, nos volveremos a encontrar!"... Después regresé a mi cuerpo físico, que reposaba al lado de mi amada esposa, y con nuestro pequeño niño, sobre la cima del Monte Subasio, en una tienda o carpa que habíamos colocado allí aquella noche... Muchos años pasaron desde entonces... Fue en una miliunanochesca noche azul, bajo la luz ardiente de Venus-Lucifer, la Estrella Resplandeciente y de la Mañana, que el Niño del Amor, Moisés-Tiphéreth, Venus-Lucifer, nació en mi Corazón... Él Es, en un aspecto, o desdoblamiento, el "hijo del Hijo", el Amor, Eros, Anael, Uriel, Moisés-Tiphéreth, Venus-Lucifer... Él Nace entre los Encantos del Amor del "Viernes Santo", esotéricamente hablando... Él Es el niño Divino que nace en el corazón del Hombre Verdadero que ha escogido el Camino Directo, en la Iniciación Venusta en la Primera Montaña... Y que renace como el niño de Oro, en la calificación de esta misma Iniciación Venusta en la Segunda Montaña... Y en la Tercera Montaña, ya resurrecto, es el Cristo-Luz... He tenido también la inmensa dicha y la indescriptible alegría de encontrarme varias veces, conscientemente en el Mundo Astral, con Eros, el Niño del Amor... Embriagado de inmenso Amor lo he podido cargar en mis brazos, acercarlo a mi pecho y sentir su Infinita Ternura... Reencuentros con mi Conscientemente, en los Mundos Superiores, tuve la dicha de reencontrarme con mi Bien Amada, con mi Alma Divina, con mi Esposa Celestial, la "Eternamente Amada", la "Amada Inmortal"... Estaba hermosa y radiante, bella y casta... Su sonrisa angelical y su dulce y tierna mirada, me envolvieron en un sentimiento de embriagantes y voluptuosas delicias... Nuestros labios se tocaron suavemente... y con pureza y castidad se encendió en nuestros corazones la llamarada del Amor Ardiente y Puro... *** En otra noche estrellada y azul, me desdoblé conscientemente en Cuerpo Astral... llegué a las playas de un gran océano de hermosas aguas muy azules y de altas olas... Feliz me lancé a nadar y sin ningún temor mar adentro... Ya flotando sobre las olas o sumergiéndome dentro del agua, respiraba normalmente... Cada vez me adentraba más y más en alta mar... De pronto dije: "¡Ondinas y Nereidas, venid hacia mí!" Y así, con mucha serenidad y alegría flotaba al vaivén de las olas o me sumergía feliz como un pez dentro del inmenso océano... Mas no me olvidé en aquellos momentos de mi Padre Interno, Espiritual, ni de mi Madrecita Divina y dije con toda mi Alma y mi Corazón: ¡Padre Mío..., Madre Mía..., ayudadme, ayudadme, ayudadme, ven a mí...! Y entonces con gran sorpresa y alegría veo que llega hasta mí el Venerable Anciano montado en Su Carro Marino, con Su Corona de Oro en Su Cabeza Real, Su gran Tridente en Su poderosa diestra y siendo llevado Su Carruaje sobre las olas por hermosos delfines y briosos corceles marinos... Se acercó a mí el Venerable Anciano y como un Padre muy amoroso me recogió del mar, me cargó en su regazo y me llevó flotando por el ancho mar... También invoqué a mi Madrecita Divina, diciéndole: ¡Madre Mía, Madre Mía, Madre Mía, ven a mí! Entonces, sentí que alguien me llevaba flotando sobre las olas, y al mirar, ví que era una hermosísima Madona, de piel blanquísima y pura, de cabellos de oro, brillantes, abundantes y largos, de ojos grandes, bellísimos de color verde esmeralda, preciosísimos... Me miraba complacida y con una sonrisa muy tierna y bonita, que descubrían las preciosas perlas de su boca inmaculada... Aparecía Ella semejante en todo, a la hermosísima Diosa Venus-Afrodita, la Virgen-Madre de Su hijo Eros, el Dios del Amor, nacida, como se dice poéticamente"de la espuma del Mar"... Estrechándome amorosamente entre su pecho maternal, mirándome con sus ojos verde-mar, cristalinos, brillantes y profundos... y con la sonrisa esplendorosa y radiante de una Virgen Celestial, me dijo con Su verbo de Oro: "¡Soy Tu Madre Divina Minerva!" ¿Eres mi Madre Divina Minerva?, le pregunté extasiado, al escuchar pronunciar Su Nombre Sagrado... Y la Adorable me dijo: "¡Sí hijo mío, Soy Tu Madre Divina Minerva!" Y así, estrechándome Ella entre Su Virginal pecho, me llevaba flotando sobre la espuma y las olas del mar... Algunos instantes después la volví a mirar, pero era mucho más joven... En verdad, era otra beldad, y no sabría decir que Una es más Bella que Otra, porque ambas eran y son igualmente Bellas. Por el arrobamiento y la emoción no pude percatarme de que ahora era llevado sobre las olas, por otra Divina Beldad... ¿Cómo podré describirla? Sólo puedo decir que las más bellas concepciones artísticas que nos han sido legadas, sea por la pintura, la escultura y la poesía de la Amada Novia y Esposa Divinal, de la "Amada Inmortal", de la "Eternamente Amada", se le asemejan, mas nunca la igualan ni la superan... Era de apariencia, semejante en todo a una Preciosa Virgen y Diosa del Celestial Olimpo... Sus dos luceros verdes y brillantes me miraban con relampagueantes y enamorados destellos, y con su sonrisa que tenía todo el encanto, la belleza y la gracia del Eterno Femenino y de la Novia y Amada Celestial, hablándome con una voz dulce que de Amor estremeció hasta lo más profundo de mi Ser, me dijo: "¡Soy Tu Bien Amada, tu Alma Divina, Espiritual!" Y abrazándome y cubriéndome en Su Aura Pura y Celestial, y embriagados ambos con el néctar del Amor Divinal, arrullados y mecidos por la espuma del mar, así nos fuimos por aquel Misterioso Océano, que además de lecho, era también nuestro Lar... ¡Oh, Amada Mía, Hermana Mía, Esposa Adorable, Mi Amor...! Hoy, en esta noche, sintiéndote a la vez "tan cerca" y "tan lejos", evoco tu Virginal recuerdo, el cual es como un precioso bálsamo que calma las profundas heridas en mi corazón, en este "Exilio" en el "Desierto" y en mi soledad de "Ermitaño", en los que el Destino me ha querido colocar... Mas "en la lejanía", Tú estás en mí, y yo estoy en Ti... Porque "..., donde sea que estoy, tú estás conmigo,..." "Mi ángel, mi todo mi mismo ser..." Soy "siempre tuyo", y Tú eres y serás "siempre mía", y nuestro Amor es, y será "siempre nuestro"... Mi "Amada Inmortal", mi "Eternamente Amada"... Os enseño en las Estrellas a los Ojos de mi Amada... Y en el Sol resplandeciente, el fulgor de Su mirada... Su silueta está formada por el aire que acaricia... Y el aroma de las flores es Su aura inmaculada...
Hace ya trece años, en el día 7 de Mayo de 1996, tuve la ocasión de hablar físicamente, en forma personal y privada con nuestro Venerable y Amado Maestro Rabolú, estando también mi Amada Esposa presente. Le relaté varios Desdoblamientos Astrales Conscientes, y entre ellos, el que he relatado anteriormente, del encuentro con mi Padre Interior, con mi Madre Divina y con mi Alma Divina sobre las olas del Mar... Y el Maestro, muy complacido, después de escucharme, me dijo que esa Experiencia fue totalmente Real... *** En una playa solitaria, en los Mundos Superiores, me hallaba parado frente a un mar de encrespadas olas... Un grupo de gaviotas volaba frente a mí... Entonces me elevé y empecé a volar también como ellas... Luego, ví a mi derecha a un Ave del Paraíso, con una larga cola que parecía un precioso Arco Iris. Me acerqué al Ave, la que se transformó en una Mujer muy hermosa... Luego la tomé, con infinita pureza, sin sentir la más leve sensación de lujuria, por su grácil y pequeña cintura... Y así, tomándola a Ella por Su cintura, fui en busca de mi esposa para enseñársela a Ella... El cabello de la "Pájara", de la Mujer-Ave del Paraíso, era largo y muy hermoso, con los irisados colores de las plumas de la Cola del Ave del Paraíso... *** Hace ya tiempos, en los Mundos Superiores, "Ví en el cielo nocturno una Nave Extraterrestre que se movía hacia el Oriente... Se acercó a la "Luna" y de tal acercamiento salió un fuerte resplandor... De la Nave salió una Señora lanzando Letras y figuras sobre una multitud... Mi esposa Gloria María, nuestro hijo Michael y mi persona pudimos agarrar o coger algunas de aquellas Letras y Figuras sagradas... Seguidamente
le dije a la Señora que nos llevaran en esa Nave... La
Señora me dijo que le preguntara al Señor de la
Nave... Y al hacerle la pregunta, el Señor de la Nave
me dijo: "¡Para qué quieres ir a otro Planeta...!" Luego
me arrodillé y elevando mis manos y mis brazos hacia
el Cielo, dije: "Padre Mío, hágase Tu Voluntad y no la mía..." Sentí Intuitivamente la Voz de mi Padre Celestial que me decía que me debía de quedar sacrificándome por la Humanidad... Entonces, con infinito Amor obedecí... Y así lo hice... renunciando al viaje en la Nave Extraterrestre en aquellos instantes... Ví luego, en una formidable, clara, y vívida Visión, a la Pobre Humanidad doliente, sufriendo terriblemente en medio del Apocalipsis... y sentí mucho dolor... y también mucho Amor... Después de esta terrible Visión Apocalíptica, ví que de la Nave Extraterrestre... ¡salía una Hermosísima Joven con Cara Angelical y Ojos Preciosos de un hermosísimo e indescriptible Color Verde-Gris...! Entonces, Ella, mi Bien Amada, con Palabras silenciosas y una mirada triste, pero a la par serena, radiante y esplendorosa, me decía: ¡Es mejor así por el Bien de la Humanidad!"... Me despedí "... a lo lejos..." de Ella, con un gran dolor en mi corazón, mientras Ella, antes de entrar a la Nave y cerrar su puerta para partir a las Estrellas, también me miraba con sus hermosos, bellos y a la vez tristes y profundos Ojos llenos de infinito Amor, como diciéndome: "Amado
Mío, Hermano Mío, Esposo Mío: Al cerrarse la Puerta de la Nave y elevar su Vuelo hacia la infinitud del Espacio Celeste, seguí mi Camino, en medio del Apocalipsis, por este mundo doloroso, con mi amada esposa y con nuestro hijo... Luego, volví a mi cuerpo físico y al abrir mis ojos, me dí cuenta que estaba llorando... Esta experiencia fue también confirmada en una Carta por nuestro Venerable y Amado Maestro Rabolú. "El Cielo está en la Tierra" En el Mes de Junio del Año 2003, conscientemente en mi Cuerpo Astral, estaba atendiendo a muchas personas que me habían venido a visitar para recibir las enseñanzas que el V.M. Thoth-Moisés está entregando a la Pobre Humanidad Doliente a través de su Bodhisattwa... En el ante jardín le estaba dando algunas enseñanzas Gnósticas a dos personas... De pronto, miré hacia el Cielo... Estaba el Cielo radiante, luminoso, azul, sin nubes, con un Sol esplendoroso... Y veo que del Cielo, volando en círculos, venía descendiendo una Inmaculada y Hermosísima Paloma, completamente Blanca... Era tan Pura su Blancura, que brillaba y resplandecía... La Blanca Paloma siguió descendiendo en círculos y se posó a poca distancia, a la altura de mi cabeza, sosteniéndose en el aire con sus alas abiertas. Teniendo conciencia de que estaba en el Astral, me recordé que nuestro Venerable y Amado Maestro Rabolú nos había relatado, a mi persona y a mi Esposa, allá en la Sede Coordinadora en Bogotá, en el año de 1996, que a Él, "en la otra casa", lo había visitado el Espíritu Santo, como una Blanca Paloma, con Cabeza de Anciano... Todo eso lo recordé muy rápidamente... Entonces me elevé hacia la Inmaculada Paloma y Ella se posó con sus alas abiertas, sobre mi cabeza, y así descendimos juntos hasta la tierra... Luego la tomé en mis manos y la pude observar muy detalladamente... Era Hermosísima... Una Paloma Blanca, Radiante, Luminosa... Llamé a mi amada esposa y se la enseñé, mientras se iba transformando en una hermosísima Paloma Torcaz... Pero, para nuestra sorpresa, la radiante Paloma, se transformó en una Hermosa Dama... Emocionado, Extasiado, le dije a la Dama Celestial: "- Has venido desde muy lejos, desde el Cielo... " Y Ella mirándome complacida y sonriente me dijo: "- El Cielo está en la Tierra"... " Luego, me llevó con mi amada esposa, a un pequeño salón, hermético, donde Ella, La Shejináh, nos dio Enseñanzas a mi Amada esposa y a mi persona.... Mientras recibíamos Sus Enseñanzas, mi Niño Interior (El Cristo Interno) apareció cargado en mis brazos...
La que te dio a luz te ha escogido para ser por siempre, eternamente mía... paloma encantadora que has descendido desde las inescrutables alturas de los cielos para estar "tan cerca" y a la vez "tan lejos", y ser mi Eternamente Amada, mi "Amada Espiritual", para terminar de construir juntos con nuestro Amor, "un verdadero edificio celestial", y a la vez "firme, como el firmamento"... Tus labios me invitaron a acercar a los tuyos, los míos... Y en un beso ardiente y puro, se unieron el Cielo y la Tierra... Y el Pacto de la Alianza fue sellado con el fuego del Amor en nuestros corazones... "el resto los dioses deben enviarlo, lo que deba ser para nosotros". En el día Domingo 8 de noviembre 2009, me visitaron en mi lecho, estando en mi cuerpo astral, dos bellísimas y encantadoras beldades... Y una de ellas, la mayor - permaneciendo a su lado y en silencio la menor-, me dijo: "Hace doce meses nosotras dos, las mejores entre todas las Mujeres, hemos descendido del Cielo a la Tierra para estar contigo .. ..... ..... ..... ... ....... para acompañarte y ayudarte... !Eres nuestro Amor, nuestro Bien Amado, y estaremos siempre contigo! En verdad que Vosotras Dos, Rajel y Leah, no únicamente sois las mejores entre todas las Mujeres, sino las más bellas entre todas Ellas... Vosotras, dos sois, y también sois una... Rajel, la Shejináh en la Tierra que está "tan cerca"... y Leah, la Shejináh en el Cielo que está "tan lejos"... Jueves,
19 de Noviembre del año 2009. Para
toda la Pobre Humanidad Doliente |