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Mercurio Negro, el Mercurio Seco, van uniéndose las SALES, se van atrayendo fuerzas positivas que van transformando de inmediato el Trabajo y van habiendo los cambios. Tenemos el Amarillo. Ahora, en el Color Amarillo, todavía es deficiente el Trabajo, completamente deficiente
Tenemos un cuarto: COLOR ROJO, Cuando transformamos estas tres fuerzas, podría decirles, o vamos dando un "Shock" en octavas superiores para cristalizar los mercurios, el resultado del Trabajo es el COLOR ROJO, O SEA, EL FUEGO SAGRADO, que es el último. Con ese FUEGO es que vamos a Trabajar en octavas superiores para CRISTALIZAR LOS CUERPOS DE FUEGO. Con esto es que vamos a fabricar los Cuerpos Solares, en octavas superiores, pero tenemos que transformar estos colores primero: el color negro, el blanco, el amarillo, para que el resultado de la transformación de tres fuerzas, fíjense ustedes, nos dé la Cuarta que viene a ser el ROJO.
Esto no lo encuentran ustedes en ningún libro del Maestro absolutamente. Este es el Trabajo que cada uno de nosotros tiene que ir realizando por experiencia propia, ir sufriendo todo esto.
¿Ustedes creen que uno se ha levantado como un arbolito de pino, hacia arriba, derechito, ustedes han creído eso? Es a pura experiencia, y toda experiencia es dolorosa.
A mí me costó terribles súper-esfuerzos investigando, mirando las deficiencias mías, por dónde estaban las debilidades para poder hacer estos cambios y poder entrar a Trabajar con el Color Rojo, o sea, con el Fuego.
No vayan a creer. Vea, me dio una época que estaba el Maestro SAMAEL todavía aquí en Colombia, una época en que puedo decir que tiré la toalla al suelo, porque me estaba dando por vencido, porque no podía con la parte sexual. Duraba un tiempo transmutando mi energía correctamente bien, y después, ¡prrum!", Caída. Yo me llenaba de dolor y me desalenté y llamé al Maestro SAMAEL un día y le dije personalmente: "Maestro, de la Gnosis no tengo nada que hablar en contra, todo es perfecto, yo soy el imperfecto, soy el débil, soy el demonio, que en realidad no sirvo para estas cosas", me dice: "¿Por qué?". Le dije: "Maestro, no puedo llegar a equilibrar la castidad, y mientras yo no sea casto, ¿qué estoy haciendo yo? Yo no quiero servir de "monicongo", no quiero ser hipócrita entre mis hermanos siendo un elemento que no sirve. Yo debo de desocupar, me hago a un lado y que siga todo mundo, no quiero servir de obstáculo de nadie". Entonces me dijo: ¡Lucha que si podrás!
¡Estaba haciendo súper-esfuerzos! ¡No sabía por dónde estaban las debilidades mías! Hasta que empecé, y dije: ¡yo voy a ver por dónde están mis debilidades, por qué tengo que tener esas caídas!
Resulta que ya vino la investigación sobre mí mismo, y vi lo que les acabo de decir al comienzo: encontré de que la caída viene por la mente, eso es inevitable. Cuando se piensa en esos momentos en el sexo opuesto, se mete el yo de la lujuria, y lo tira abajo porque lo tira.
Entonces ya vi por donde estaba fallando; corregí y de ahí fue que vine yo a empezar verdaderamente después de
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