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por allá, otros que por aquí, otros que acullá, y nosotros tenemos que orientarnos en medio de ese gran laberinto de teorías y de conceptos antitéticos si es que queremos de verdad llegar hasta el centro viviente del mismo, porque es precisamente en el centro donde podemos hallar al Minotauro.
Cuando uno ha logrado llegar al centro del laberinto, tiene que ingeniárselas para salir de él, Teseo, mediante un hilo misterioso, el Hilo de Ariadna, se nos parece a Hiram, el Maestro Secreto de que habla la masonería oculta y que todos debemos resucitar dentro de nosotros aquí y ahora. Ariadna también nos indica a la araña, símbolo del Alma que teje el telar del destino incesantemente.
Así pues hermanos, ha llegado la hora de reflexionar. ¿Pero cuál es en realidad ese Hilo de Ariadna? ¿Cuál es ese Hilo que salva el Alma, que le permite salir de ese misterioso laberinto, para llegar hasta su Real Ser Interior? Mucho se ha hablado sobre el particular; los grandes Alquimistas pensaban que era la Piedra Filosofal. Nosotros estamos de acuerdo con eso, pero vamos un poquito más lejos de acuerdo con nuestras disquisiciones.
Pues es verdad que la Piedra Filosofal está simbolizada en la Catedral de Notre-Dame de París por Lucifer, ahora comprenderemos que la Piedra Filosofal está en el sexo mismo, entonces descubrimos en el sexo a Lucifer.
Es Lucifer pues el Hilo de Ariadna que ha de conducirnos hasta la liberación. Esto parece así como dijéramos antitético o paradójico, porque todos han conceptuado que Lucifer, el
Diablo, Satanás, es el mal. Necesitamos de la auto-reflexión evidente si es que queremos ahondar en el Gran Arcano. Ese Lucifer que encontramos en el sexo, es la viva piedra cabecera del ángulo, la Piedra Maestra, la Piedra del Rinconcito en la Catedral de Notre-Dame de Paris, la Piedra de la Verdad. Descender un poco pues en estos misterios, es indispensable cuando se trata de conocer el Hilo de Ariadna.
Vuelvo a recordarles a Uds., a los famosos Santuarios Sagrados de los auténticos Rosacruces Gnósticos esoteristas de la Edad Media; cuando el neófito era conducido hasta el centro del Lumisial, llevaba los ojos vendados; alguien le arrancaba de improviso la venda, y entonces atónito y perplejo contemplaba una figura insólita, allí estaba ante su presencia el Macho Cabrío de Mendes, figura extraña, el diablo; en su frente lucían los cuernos, sobre su cabeza una antorcha de fuego; sin embargo algo indicaba que se trataba de un símbolo. En el Lumisial de la Iniciación se hallaba ante la figura de Tiphón Bafometo, la tenebrosa figura del Arcano 15 de la Kábala, La antorcha ardiente sobre su cabeza brillaba, además sobre su frente la estrella flamígera de las cinco puntas, con el ángulo superior hacia arriba y los dos ángulos inferiores hacia abajo. Esto nos indicaba que no se trataba de una figura tenebrosa. Se le ordenaba al neófito besar el trasero del Diablo; si el neófito desobedecía, se le ponía otra vez la venda en los ojos y se le sacaba por una puerta secreta; todo esto sucedía a la media noche, jamás el neófito sabría por dónde habría entrado ni por dónde había salido, porque los iniciados se reunían siempre a la media noche, teniendo sumo cuidado de no ser víctimas de la
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