Page 126 - LA PIEDRA FILOSOFAL.pdf
P. 126

En todo caso, debemos tener en cuenta lo que ya dije al principio, y es demasiado sutil que fácilmente se presta a la confusión la cuestión aquella del Cuerpo Causal y el Tiphereth Crístico. Es tan sutil esto que puede uno equivocarse, puede uno confundir la gimnasia con la magnesia.
El Tiphereth, o sea ya la expresión viva del Cristo Íntimo, se halla muy correlacionada pues con el Causal, con el Alma Humana. Viene a formar parte íntegra con el Alma Humana, pero cuando es Voluntad del Padre, cuando El Hijo del Hombre viene al mundo.
Creo que ya me van entendiendo ustedes; esto es muy fino; se necesita tener una mente muy elástica, muy dúctil, muy receptiva para poder entender esto.
Pregunta.— Maestro, ¿para lograr la Iniciación de Tiphereth hay que tener los Vehículos Solares?
Respuesta. — Pues, incuestionablemente, si uno no posee los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, no podría jamás alcanzar la Iniciación de Tiphereth.
Pregunta.— ¿Cuál es el origen de nuestra esencia Maestro? Y si nosotros deseamos levantarnos, ¿por qué no lo hemos hecho antes?
Respuesta.— Bueno, con el mayor gusto voy a dar respuesta a todo eso. La esencia viene de la Vía Láctea, (estoy hablando en síntesis), llega al Sol, y luego, por último, penetra en la naturaleza. En principio, se manifiesta como un simple elemental primigenio; asciende a través de las etapas
mineral, vegetal y animal, hasta penetrar por último en el cuerpo del humanoide, o del mamífero racional. Es claro que la esencia necesita convertirse en el Embrión Áureo; necesita trabajar para crearse los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y transformarse en Bodhisattva. Cuando la esencia no logra, pues, su cometido en el primer ciclo de manifestación que es de ciento ocho vidas, entonces tiene que descender dentro de las entrañas de la Tierra en procesos involutivos, con el propósito de eliminar los elementos inhumanos o agregados psíquicos en que vino a quedar embotellada debido a los errores. Una vez que se ha pasado por la Muerte Segunda, ella asciende otra vez a la superficie del mundo, para reiniciar nuevos procesos evolutivos desde el mineral. Incuestionablemente, esos nuevos procesos tienen como punto de partida una espira más alta dentro de la gran espiral de la vida.
Empezará, o retornará, o reiniciará sus procesos evolutivos a partir del mineral, pero en una octava superior; ya no como un simple elemental inferior, sino como un Gnomo superior, hasta reconquistar otra vez el estado humanoide, después de haber pasado por las escalas vegetal y animal.
Se le asignan, como ya sabemos, las ciento ocho existencias. Si no logra el triunfo, el proceso se seguirá repitiendo así durante tres mil ciclos, o ruedas de manifestación, o edades.
Bien, ustedes pues, los que no son Bodhisattvas todavía, se debe a que no trabajaron en ese sentido, no llegaron a esas alturas en pasados ciclos de manifestación; pero ahora mismo pueden convertirse en Bodhisattvas si se lo proponen.
127


































































































   124   125   126   127   128