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Trabajar sobre sí mismo hasta donde es posible, hasta el máximum de posibilidades, y continuar en la futura existencia.
Pregunta.— Venerable Maestro, nosotros hemos estado enseñando que si a una persona le corresponde, a un hombre casarse con una dama, o a una dama con un hombre, Kármicamente y estando dentro de la gnosis, con un conocimiento más o menos de fondo, ¿les puede cambiar ese Karma? ¿Cómo es posible eso?
Respuesta.— Pues sí, los Karmas pueden ser perdonados, y también pueden ser negociados; eso es obvio.
Pero hay un tipo de Karma que no admite negocios ni perdones jamás, y es aquel que corresponde a los Pecados contra el Espíritu Santo, es decir, contra el Sexo; esos no tienen ni perdón, ni negocios, ni nada; esos hay que pagarlos en todo su rigor, como son, desgraciadamente.
"Toda clase de pecados serán perdonados, — dijo el Cristo —, menos el Pecado contra el Espíritu Santo".
De manera que los que tienen crímenes contra el Espíritu Santo, no tienen perdón; tienen que pagarlos en todo su rigor, con todo el dolor, pues no queda más remedio.
Pregunta.— Venerable Maestro, ¿ese Karma en sí es la fornicación?
Respuesta.— La fornicación, o el adulterio, la degeneración infrasexual, lesbianas, homosexuales, etc., etc. Esos tienen que pagar esa clase de Karmas en todo su rigor. No les queda más remedio. ¿Que son Karmas duros? ¡No lo negamos! ¡Y
muy dolorosos! Pero no les queda más remedio que pagarlos. Los demás sí pueden ser negociados y perdonados. Así es.
Pregunta.— Venerable Maestro, ¿a qué edad dentro del Trabajo Esotérico, o a qué estado de conciencia corresponde la culminación del Trabajo en la Fragua Encendida puramente, o toda la vida hay que Trabajar en la Fragua Encendida?
Respuesta.— Pues, tiene uno que familiarizarse con el Trabajo en la Novena Esfera, porque siempre será necesario en el Cosmos, mientras se viva en los Cosmos, o en los Distintos Firmamentos.
Téngase en cuenta, por ejemplo, que para libertarnos de esas Fuerzas mecanicistas de la Luna que tanto nos atormentan la existencia, y que han hecho de nosotros verdaderas maquinitas, debemos nosotros crear a su vez una Luna dentro de nosotros, una Luna Psicológica. Uno crea esa Luna Psicológica, por ejemplo, cuando destruye esos Agregados Psíquicos que dominan a la personalidad humana, como el orgullo, el engreimiento, la soberbia, el egoísmo, la ira, el odio, los celos, la vanidad, la auto-Importancia, el auto-sentimentalismo, etc., entonces crea un Centro de Gravedad permanente en su interior. Tal Centro de Gravedad Permanente es de hecho la Luna Psicológica.
Nota: La culminación de esta enseñanza se encuentra integralmente en el capítulo "La Creación del Sol Psicológico Íntimo o la Doctrina de la Vía Directa":
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