Page 8 - La Noche del Destino
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[contra los “yoes” o defectos psicológicos dentro de uno mismo, en pensamientos, sentimientos y acciones.] Si el combatiente sale victorioso [contra la legión interior de sus/nuestros defectos psicológicos], su alma en forma de halcón va al Paraíso, representado por elementos vegetales, donde se une a las demás almas elegidas. A los conceptos simbólicos del caballo y del halcón se une el del jinete. Por ello, según Zozaya, hay tres situaciones o vuelos del halcón: en la muñeca del guerrero, como se representa en el tejido de al-Muzzafar; cabalgando sobre el caballo, como lo vemos en el plato de Madinat Ilbira; y volando por encima del caballo, como se representa en la Yuba de Oña. El caballo es un portador de la muerte y de la vida, significa nobleza, y ennoblece a quien lo cabalga. El jinete, aludiendo al Corán, lleva junto a su nuca un halcón, es decir, el alma que volará al Árbol del Paraíso donde contemplará a Dios...” (“El Halcón en Al-Andalus”).
“... los islamistas poseen el árbol celestial Tubá que crece en el centro del Séptimo Paraíso o Jardín, llamado Yannat al-na`im y está formado por multitud de piedras preciosas...”
“El árbol tuba”
“En el centro del Séptimo Paraíso islámico o Jardín (Yannat al-na`im) crece el árbol celestial Tubà, cuyas ramas recitan constantemente las suras del Corán, según la mística sufí. Es árbol de gran envergadura, “árbol de la alegría y del deleite”. El pie del árbol es de rubí; la tierra donde está plantado, de almizcle y ámbar; las ramas, de esmeralda; las hojas son de brocado; las flores, de oro, y sus frutos, “más blancos que la nieve”, son como perlas. La hierba en torno a él exhala un gratísimo perfume. Es éste el Árbol de la Vida espiritual, que sólo alcanzan a ver los Elegidos que logran ascender al Séptimo Jardín, en la antesala de la contemplación mística de Allah.”
“Another tree, the Shajarat al-ṭūbā is prominent in aḥādith [Sayings of the Prophet] and in the writings of later mystics.
The Shajarat-al ṭūbā was described by Ibn al-ʿArabī [the great Sufi mystic] in his Futūhāt al Makkiya as growing down from the roof of
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