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Nuestro Ser en el mundo de las doce leyes está condicionado por las minas y representado por el Sol, que es un mundo de doce leyes. También está condicionado por el mundo de las 24 leyes, es el mundo planetario, el sistema solar; o está condicionado por el mundo de 48 leyes que es el mundo físico; y en la forma más densa está condicionado por el mundo de las 96 leyes.
De manera que nosotros necesitamos conocer el Ser, no sólo en el mundo de las doce leyes o en el de las 24, sino en todos los mundos. Esto requiere muchos esfuerzos; No esfuerzos dijéramos indirectos, sino directos centrales. Necesitamos en verdad auto-conocernos. "Hombre conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a los Dioses". Porque sólo conociéndonos a sí mismos podremos trabajar directamente sobre sí mismos. Si nos conocemos a sí mismos, ¿cómo trabajaríamos sobre sí mismos? Imposible, ¿verdad?
Lo que estamos buscando es un cambio, una transformación radical y esto solamente es posible auto-explorándonos, porque así podremos trabajar directamente sobre sí mismos. Cuando hablo de trabajar sobre nosotros mismos, debe saberse entender; podemos convertirnos en imitadores de alguien y en este caso no trabajaríamos en forma central; no serían esfuerzos centrales los que haríamos, sino unilaterales.
Podríamos imitar al jefe de la familia o a la jefa o algún instructor, pero entonces eso no sería un esfuerzo central directo.
Krishnamurti dice por ejemplo: "Yo no quiero secuaces ni seguidores, sino tan solo imitadores de mi ejemplo" me
parece esto demasiado egoísta, porque si alguien se convierte en imitador de Krishnamurti, ya no está haciendo un esfuerzo central, no. Ya es un trabajo de imitación y el trabajo de imitación no es un trabajo sobre sí mismo, en sí mismo, directamente, no; lo está haciendo desde un ángulo, lo está haciendo en forma unilateral. No es un trabajo central. No es un esfuerzo central. Yo no les digo a ustedes que me imiten.
Yo les digo que hagan un esfuerzo central, una serie de SÚPER ESFUERZOS CENTRALES, que trabajen sobre sí mismos, directamente. Sólo así es posible producir un cambio dentro de nosotros mismos.
Pero obviamente cuando uno trabaja sobre sí mismo en forma objetiva, cuando hace esfuerzos centrales, directos, para producir el cambio, sucede entonces que nos atacan en forma intensiva el centro emocional inferior. Y puede decirse que el centro emocional inferior, es catastrófico, tenebroso, horrible; cuando surge el ataque al centro emocional inferior se sufre realmente. Aparecen en nuestro camino gentes que nos hieren, que clavan el puñal en el centro emocional inferior; sentimos que nos torturan el corazón.
Claro, hay la tendencia siempre a reaccionar contra aquellos que en una u otra forma nos hieren. Tenemos esa marcadísima tendencia a la reacción. Si reaccionamos se vigoriza el centro emocional inferior y eso es gravísimo.
Sin embargo la lucha contra las emociones inferiores tiene ciertas ventajas: una de ellas es precisamente la más importante y es que surge como resultado del conflicto aquel
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