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Marte. ¿Podría yo ir a mandarlo a Él? Decirle: Señor, yo me voy para el Absoluto. Tu quédate aquí. Él me diría: muchacho grosero, por qué me faltas al respeto. Con justa razón. Sabrá lo que va a hacer. Uno no puede mandar al Padre; el Anciano de los Días, el Viejo de los Siglos, sabe lo que hace. A nosotros no nos queda más remedio que inclinarnos reverentes ante la Voluntad del Padre. Es la cruda realidad de los hechos. Lo que ÉL diga. ¿Qué podemos nosotros decir, si ÉL es el que manda? Es la parte superior del SER. ¿Cómo podríamos nosotros mandarlo a Él? Así que los que seguimos el Camino de los Cosmocratores no nos queda más remedio que ir de firmamento en firmamento.
P: Maestro, ¿las Horas de Apolonio son doce o trece?
Bueno. Las horas de Apolonio son doce: los DOCE AEONES. Y quien quiera pasar al AEÓN TRECE tiene que dejar el Cuerpo Físico, entonces ya no podrá servir a la Humanidad. Vivirá en el Aeón Trece, que es la REGIÓN DE ATALA, hablando en puro Sánscrito, preparándose para entrar en el Absoluto, el Inmanifestado. Pero si uno quiere servir a la Humanidad, debe quedarse en el Aeón Doce. Es obvio.
P: "¿Y en ese Aeón Doce es donde se hallan todos los infinitos?"
Pues, cada Infinito tiene sus Aeones. De manera que nuestro Infinito tiene sus Doce Aeones, el Trece también. El siguiente Infinito tiene también sus Doce Aeones y el Trece también, Cada Infinito tiene sus Aeones.
Realmente nos encontramos demasiado lejos del Sagrado Sol Absoluto. Apenas si llegan aquí las radiaciones del Sagrado Sol Absoluto.
P: "La luna que hemos creado, esa Luna Psicológica, ¿no es un factor negativo para la situación nuestra lunar?"
Pues, hoy por hoy somos entes mecánicos, gobernados por los rayos de la Luna. Hanemann puso un principio que es básico: "Similia Similibus curantur". Lo símil con lo símil se cura. El Animal Intelectual, equivocadamente llamado "hombre", depende estrictamente de la Luna; es una criatura lunar. Pues deberá, si quiere libertarse de la Luna, crearse dentro de sí mismo una Luna Psicológica, para que se cumpla el Principio de Hanemann.
Después de eso dará el siguiente paso: la creación del Sistema Solar Psicológico; luego continuará con la creación del Sol Psicológico; mucho más tarde, con la Galaxia Psicológica; por último, con el Infinito Psicológico.
Al llegar a esas alturas, tendrá que definirse entre entrar en el Seno del Eterno Padre Cósmico Común o pasar al siguiente Infinito. Pero el Padre es quien decide, no nosotros.
Ahora, si el Padre nos ha puesto en este Camino a todos nosotros, es para que trabajemos sobre sí mismos, para que logremos la Autorrealización Íntima del Ser. Pero hay que hacer creaciones. También hay que eliminar lo que no sirve, hay que eliminar todo el Mercurio Seco y el Azufre Arsenicado.
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