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¿Cuánta Gente de entre los miles que escucharon a Jesús El Cristo nuestro Señor hizo frutos del Reino de Dios durante los años en los cuales nuestro Señor Jesús El Cristo anunció el Reino de los Cielos?
Pues solamente a quienes dieran “frutos” del Reino de Dios les sería dado el Reino de Dios. Es decir, entrar en el Reino de los Cielos.
La explicación de dar Frutos nos es dada por nuestro Señor Jesús El Cristo, donde nos dice que solamente haciendo la Voluntad de Dios es que se puede entrar en el Reino de los Cielos.
Por lo tanto, solamente “a Gente” que haga la Voluntad de Dios le es dado Hacer “los frutos” del Reino de Dios, y le es dado El Reino (Maljut) de los Cielos (Tiphéreth):
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos, ó higos de los abrojos? Así, todo buen árbol [de la Vida] lleva buenos frutos; mas el árbol maleado lleva malos frutos. No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol maleado llevar frutos buenos. Todo árbol que no lleva buen fruto, córtase y échase en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:16-22).
No basta decir “Señor, Señor” para recibir “el reino de Dios”. Es NECESARIO “Hacer la Voluntad de Dios”.
Mas... ¿Cuál es la Voluntad de Dios?
“Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación; Que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor; No con afecto de concupiscencia, como los Gentiles que no conocen á Dios:...” (I Tesalonicenses 5:3-6).
La “santificación” es morir en pensamientos, sentimientos y acciones, a cada instante y durante toda la existencia, a lo que no es santo en nosotros: nuestros defectos psicológicos: ira, codicia, lujuria, envidia, pereza, orgullo gula, etc.
Apartarse de “fornicación” es no emitir o eyacular el semen que es inmundicia ante Dios como consta en el Libro del Levítico:
“Y HABLÓ YHVH á Moisés y á Aarón, diciendo: Hablad á los hijos de Israel, y decidles: Cualquier varón, cuando su simiente manare de su carne, será inmundo." (Levítico, 15:1).
“Y el hombre, cuando de él saliere derramamiento de semen, lavará en aguas toda su carne, y será inmundo hasta la tarde” (Levítico, 15:16).
“Y la mujer con quien el varón tuviera ayuntamiento de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la tarde.” (Levítico, 15:18)
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