Page 4 - Elul 5760
P. 4

la Toráh, que se hacen “eunucos” durante los seis días de la semana en consideración a la Toráh, y en las noches de Sábado tienen su unión conyugal [la unión sexual con su propia esposa], porque aprehenden el misterio superior del momento justo cuando la Matrona (la Shejináh) se une con el Rey. Tales adeptos de la ciencia mística concentran sus corazones en la unión Divina, en la Fe de su Señor, y son bendecidos en su propia unión...” (Simeón ben Yojai, en El Zohar).
Es decir, se trata de la unión sexual y amorosa del hombre y de la mujer, con pureza, SIN FORNICAR (es decir, sin la eyaculación del Semen), y transmutando su fuerza sexual en Energía Creadora, que es el secreto del Pacto de la Nueva Alianza y de hacerse a sí mismo “Eunuco” por causa del Reino de los Cielos.
Esta unión sexual SACRALIZADA, tiene como objetivo la Creación del “Hijo de la Promesa” o el “Isaac” interior, el Cristo Íntimo, la Simiente Santa.
Podría también suceder que durante la práctica de este Sublime Arcano, sin eyaculación, y por Voluntad de Dios, un solo y único espermatozoide fecundara un óvulo de la esposa. De esta concepción nacería un hijo de la castidad y no de la fornicación.
(Continuación del párrafo anterior del Zohar):
“... Por eso se dice: “Que guardan mis Sábados”, significando “los guardan en sus corazones”, como en la
expresión: “Pero su padre (de José) guardó el asunto”. Ellos son “eunucos” porque esperan el Sábado, para “escoger lo que Me place”, es decir, Su unión con la Shejináh. Bienaventurado es el hombre santificado en esta santidad y que abarca este misterio. Observad lo siguiente. Está escrito: “Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es el Shabat del Señor tu Dios”. “Toda tu obra”: durante los seis días de la semana el hombre ha de trabajar, y por eso los que están absorbidos en el estudio de la Toráh tienen su unión conyugal en un tiempo cuando no trabajan, pero cuando el Santo trabaja. ¿Y cuál es Su trabajo, entonces? La unión con la Shejináh, para producir almas santas en el mundo. Por esta razón los místicos se santifican en esa noche en la santidad de su Señor con profunda contemplación y concentración y traen al mundo hijos buenos y santos; hijos que no se apartan a la derecha ni a la izquierda, hijos del Rey y la Reina: “hijos sois para el Señor nuestro Dios” 827. Sus hijos en el sentido más real. El mundo se sostiene por el mérito de estos hijos de Dios, y cuando el mundo es puesto a prueba el Santo mira a estos Sus hijos y ejerce Su piedad y misericordia. Ellos son “juntos una simiente de verdad”; una simiente santa, perfecta, de acuerdo a la promesa, “Tú darás verdad a Jacob”, y “verdad” es el Santo Mismo, significa que él entra en el Ser de ellos. R. Judá dijo: Bendito sea el misericordioso que me envió aquí. Bendito sea El porque me ha permitido oír tus palabras. Y estalló en llanto. ¿Por qué lloras?, preguntó R. Simeón. Él dijo: lloro porque pienso; desdichados los hijos del mundo cuyos caminos son los
4


































































































   2   3   4   5   6