Page 41 - La Noche del Destino
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Luego el médico me llevó a otro lugar en donde había un aparato electrónico incinerador... Vi que el médico colocó dentro del incinerador electrónico los virus y las enfermedades que me habían producido la muerte, y los desintegró, incinerándolos completamente en esos mismos instantes... Quedé libre en forma total y completa de todos los virus y enfermedades que me habían producido la muerte... me sentí limpio, puro, completamente curado...
Seguidamente me vi caminando por la misma ciudad acompañado de mi Amada Esposa Gloria María y llegamos ante la entrada de una Antigua casa colonial...
Una Señora muy joven, vestida de rojo, y que estaba frente a la casa esperándonos, nos dijo:
"¡Les tengo dos palomas rojas y se las voy a entregar!"
Y nos invitó a entrar a la casa. La dama entró y la seguimos. La casa estaba muy en orden, limpia, iluminada enteramente y con las puertas y las ventanas abiertas.
Pasamos a un saloncito un poco más adentro y la Señora nos hizo entrega de dos hermosísimas y blancas palomas pichones, cada una dentro de una cajita de cartón rojo alargadas verticalmente, con una pequeña ventana en su parte superior, por donde nos miraban las hermosas palomas blancas...
La Señora nos dijo que estas eran las primeras palomas que estaba entregando, y que nos las entregaba a nosotros, porque el número total de las palomas que estaba entregando era de veinte palomas, y que las otras las iba a entregar después a otras personas...
Al recibir las palomas blancas pichones vimos que eran hermosísimas y nos miraban tiernamente con sus pequeños ojitos... Las acaricié muy suavemente con mucha ternura y delicadeza, al tiempo que les decía:
"¡No se preocupen, estén muy tranquilas, que las queremos mucho y las vamos a cuidar mucho!"
Las dos palomitas blancas se sintieron muy contentas y plácidamente se sentaron en el cojín muy pegadas la una a la otra, con movimientos y muestras de sentirse alegres, plenas, protegidas y seguras...
Una vez que se habían acomodado muy bien encima del cojín, muy unidas la una a la otra, ambas elevaron sus patitas rojas cruzándolas la una con la otra y formando dos hermosísimos corazoncitos color rubí, que palpitaban, ya ensanchándose, ya encogiéndose, a medida que lanzaban pequeños destellos de luz color rubí....
Las Dos Palomas Blancas representan los Procesos Esotéricos de la Resurrección del Cristo Íntimo, Interior, en el final de La Segunda Montaña.
El color rubí es el color de LA PIEDRA FILOSOFAL que es EL CRISTO ÍNTIMO, INTERIOR, RESUCITADO.
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