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Quiero que entiendan mis queridos hermanos gnósticos, la necesidad de aprender a observarse a sí mismos, a verse a sí mismos. Pero hay que saberse observar; porque una es la observación mecánica, y otra es la observación consciente.
Alguien que conociera por primera vez nuestras enseñanzas diría: ¿pero qué gano con observarme? ¡Esto es aburrido! He visto que tengo ira, he visto que tengo celos ¿Y qué? ¡Claro está, que así es la observación mecánica!
¡Nosotros necesitamos observar lo observado! repito, ¡necesitamos observar lo observado! Y esto ya es observación consciente de nosotros mismos.
La observación mecánica de sí mismos, no nos conducirá jamás a nada; es absurda, inconsciente, estéril. Necesitamos la auto-observación consciente de sí mismo. Sólo así verdaderamente podremos auto-conocernos, para trabajar sobre nuestros defectos.
Que sentimos ira en un instante dado, vamos a observar lo observado — la escena de ira —, no importa que lo hagamos más tarde, pero vamos a hacerlo, y al observar lo observado, lo que vimos en nosotros, sabremos realmente si fue ira o no fue, porque pudo haberse provocado algún síncope nervioso que tomamos por ira. Que de pronto fuimos invadidos por los celos, pues vamos a observar lo observado. ¿Qué fue lo que observamos? ¡Tal vez que la mujer estaba con otro tipo! ¡Y si es mujer, tal vez vio a su hombre, con otra mujer y sintió celos! En todo caso muy serenamente y en profunda meditación, observaremos lo observado, para saber realmente, si existió o no existieron los celos. Al observar lo
observado, lo haremos por medio de la meditación, y la auto-reflexión evidente del Ser, así la observación se torna consciente. Cuando uno se hace consciente de tal o cual defecto de tipo psicológico, puede trabajarlo con el fuego.
Tendría uno que concentrarse en Stella Maris, Tonantzín, Rea, Cibeles, Marah, etc. Ella es una parte de nuestro Ser pero derivado. Es la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes; la Cobra Sagrada — fuego ardiente —; ella con sus poderes flamígeros, podrá desintegrar el defecto psicológico, el agregado psíquico que nosotros hayamos auto-observado conscientemente. Y es obvio que a su vez la esencia o fuego embotellado en el agregado psíquico que desintegremos, resplandecerá — será liberado — y a medida que vayamos desintegrando los agregados, los porcentajes de esencia que es fuego Crístico, se multiplicarán; y un día, el fuego resplandecerá dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.
Necesitamos que el fuego arda en nosotros, sólo INRI, nombre sagrado puesto sobre la cruz del Mártir del Calvario, puede quebrantar los agregados psíquicos. Aquellos que pretenden desintegrar todos esos agregados, sin tener en cuenta el fuego, marchan por el camino equivocado, y no solamente andan mal, sino que también extravían a los demás. Se dice que el Crestos, nació en la aldea de Belén, hace mil novecientos setenta y siete años, lo cual es ¡falso! porque la aldea de Belén no existía en aquella época. Belén tiene una raíz Caldea: Bel y Bel, es el fuego; la Torre de Fuego de los caldeos.
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