Page 207 - LA PIEDRA FILOSOFAL.pdf
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ustedes se encuentran frente a frente con una muchacha, pero instintivamente, instantáneamente saben si está de acuerdo con su onda, o no; eso es rapidísimo. De manera que es un Centro que permite revisar con rapidez inaudita el otro polo. Es el Centro más veloz que nosotros poseemos.
Pero, entremos en factores un poco más detenidos.
Muchas veces un hombre vive feliz con su mujer, la quiere, sin embargo nota que algo le falta. Ciertamente puede suceder que con la mujer que uno esté, no se sienta completo. Puede ser que ella llene las actividades del Centro Emocional, pero tal vez no se complemente con uno mentalmente, o tal vez sexualmente no se complemente con uno, y al encontrar uno por ahí otra dama, puede suceder que esta otra sí se complemente con uno, y entonces viene eso que se llama adulterio.
No vengo yo aquí a alabar el adulterio.
En cierta ocasión, por ahí había una sala donde varias adúlteras estaban "dándole al vidrio". Una de ellas, de pronto embriagada de vino, dijo: ¡Viva el adulterio! Era una dama muy hermosa, entre paréntesis.
¡No, yo no vengo a hacer alabanza del adulterio, porque eso sería absurdo, pero sí veo las causas del adulterio!
Muchas veces uno de la pareja no consigue complementarse en los Cinco Centros totalmente con el otro, entonces, posiblemente encuentre complementación con otra persona, y ahí sería eso que se llama adulterio.
Pongamos que emocionalmente un hombre se complementa con una mujer, pero sexualmente no. Puede darse el caso de que encuentre una dama con la que sí se complemente sexualmente. Supongamos que un hombre se complementa con una mujer mentalmente, pero emocionalmente no. Puede darse el caso de que encuentre una dama con la que llegue a complementarse emocionalmente. Puede suceder que en el mundo de los hábitos no se complemente un hombre con su mujer.
Puede suceder que encuentre también en el mundo de los hábitos relacionado con el Centro Motor, otra mujer con la que sí se complemente, con la que tenga afinidad. Esta es la causa intrínseca de tantísimos adulterios que dan origen pues a los divorcios.
Como les digo, no vengo a alabar el adulterio, porque sería absurdo, ni estoy de acuerdo con aquella dama que gritaba en célebre orgía: "¡Viva el adulterio!". No, yo no estoy de acuerdo con eso, mis amigos. Únicamente aquí con ustedes, en compañerismo, estamos estudiando la cuestión sexual. No podríamos dejar pasar por alto esta cuestión del adulterio.
Yo creo que lo mejor para uno, como hombre, es encontrar una mujer que se complemente con uno en lo Intelectual, en lo Emocional, en el Centro Motor, o mundo de los hábitos, en el Centro de los Instintos y en el Sexo, es decir, la pareja ideal, la pareja perfecta. Y creo, a su vez también, que lo ideal para una mujer sería encontrar un hombre con el que se complementara totalmente, entonces habría verdadera felicidad.
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