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Luego, en la Lemuria, con la revuelta aquélla de los ángeles que cayeron en la generación animal, claro, eso fue en la Lemuria, el continente Mu. Entonces, yo también cometí el error, como Dyhani Bodhisattva, de caer en la generación animal. Perdí la Piedra Filosofal, pero en la misma Lemuria la hice surgir. Después, en la meseta central del Asia, cometí el error, como lo hizo el conde Zanoni, de tomar esposa cuando ya se me estaba prohibido. Entonces volví a echar la Piedra Filosofal al agua. Ahora, en esta nueva existencia, hice la Gran Obra, está para culminar la resurrección del Señor por tercera vez... ¡por tercera vez! De modo que ya la he hecho tres veces. Así es que tengo experiencia, conozco el camino... conozco el camino...
Lo que sí quiero decir es una gran verdad: cuando en la Luna elaboré la Piedra Filosofal por primera vez, la Piedra fue poderosa. Cuando la elaboré por segunda vez, fue más fuerte. Ahora que la estoy elaborando por tercera vez será todavía más fuerte. Porque es debido a la experiencia adquirida, de ahí un principio inteligente que debemos entender. Un hombre puede luchar mucho por transformarse hasta la unión con Dios, hasta ahí progresa, pero después que el hombre llega a la unión con Dios, que Dios se manifiesta sobre ese hombre, diríamos, que de allí en adelante ya no hay ningún progreso. Si ese hombre quiere progresar, tiene que retrogradar, o sea, echar la Piedra al agua. ¿Y qué sucede con la Piedra? Cuando la Piedra vuelve nuevamente a la vida, vuelve más poderosa, más penetrante, es algo extraordinario. Hay hombres que lo hacen hasta siete veces. Más allá de las siete veces es muy peligroso, se puede caer en maldición. Yo
lo he hecho tres veces, pero francamente, no lo haré una cuarta, no quiero exponerme a perder mucho aunque las tres veces que lo he hecho me ha salido el asunto hacia donde debe.
¡Demasiado doloroso! Por ejemplo, en la meseta central del Asia, cuando lancé la Piedra al agua por tercera vez, decía para mí: ¡Cuánto luché a través de los siglos para volverme a levantar, qué cargas tan espantosas, qué amarguras tan terribles! Sólo ahora, después de haber sufrido mucho, pero mucho, está la Piedra Filosofal, está otra vez renaciendo, en el 78 estará renacida. Me eché toda la Historia de la Raza Aria para volverla a levantar. De manera que es muy doloroso, es un proceso muy doloroso.
Hay Adeptos que, queriendo hacer la Piedra más penetrante y poderosa, intencionalmente bajan, ya no caen, ¡se bajan! ¿Cómo bajan? Toman esposa cuando no se les está permitido. Pero no eyaculan el licor seminal y bajo la dirección de un Gurú, trabajan con todas las reglas del Arcano A.Z.F. Pierden entonces la Piedra. Después de cierto tiempo, vuelven a darle vida a la Piedra, hacen la Gran Obra, queda la Piedra más fuerte todavía.
Hay que establecer la diferencia que existe entre una caída y una bajada. Yo no bajé, caí intencionalmente. Mis tres casos fueron caídas, no bajadas. En la meseta central del Asia cometí el mismo error que el conde Zanoni, tomé esposa, esa es la historia prohibida y eso yo lo hice. Les digo, después de la experiencia de los siglos, que así es como se realiza la Gran Obra.
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